Muchas personas empiezan con entusiasmo y a los pocos días se desaniman. Por cómo lo he vivido, cuando pasan unos días la motivación se esfuma y lo que queda es la constancia y la necesidad. De modo que, el hecho de que el aprender el inglés fuera una necesidad para mí hizo que me pusiera manos a la obra, eso y practicar todos los días fue clave. 

Aunque no exista esa necesidad, es posible aprender un idioma siendo constantes y marcándonos unos objetivos. Está claro que, si quieres aprender sueco pero solo lo utilizas para entender las instrucciones de IKEA, igual no es un objetivo llamativo o que te dé ese impulso al principio para ponerte a ello. No obstante, si tu objetivo tiene un trasfondo mayor, te ayudará a comenzar con más ganas y aplicar ese hábito que te lleve al aprendizaje del idioma.